Sábado 15
Temprano fuimos a llevar sala y comedor a mi casa y Eduardo, no solo me consiguió una camioneta para transportarlos, me ayudó a cargarlos. Gracias por eso.
En la tarde, regresando de la casita compramos nadamás 4 pollos en “el Pollo Feliz” porque éramos un buen de banda en la casa, como ya es costumbre. Al Kosy se le ocurrió que fuéramos al cine, así que le llamamos al Goofie para que nos consiguiera unos pases y lo vimos allá. Vimos: Vecinos Invasores, de los creadores de Shrek. También muy buena, aunque la verdad me gustó más CARS.
Inmediatamente después del cine nos lanzamos al tributo a Caimanes mi hermana Chelo y yo. Patrocinado por Juan de aves, quien por cierto entrevistó a Marcovich entre semana, que chingón mi Juan, la neta me das un chingo de envidia cabrón. Envidia y gusto wey, ya sabes. Gracias por los boletillos.
El concierto estuvo regularmente bueno, la banda tocaba muy chingón, en especial el bajista. Las rolas salieron igualitas y el vocal canta como Saúl en sus mejores tiempos. De hecho era un clon de Saúl, nomás con 20 Cm. Menos, cara de chilango y 15 Kgs. Más, jajaja, de ahí en más, igualíto.
Lo patético del tributo fue: la pelona de Marcovich, su pancita y su borrachera, ya que el wey tocó de la madre por andar tan pedo, se dejaba de oír porque pisó un cable y por si fuera poco, Keny, se puso igual de nefasta que él. Creo que el concierto lo salvaron los músicos y la buena vibra de la banda.
Como era de esperarse José Fors se echó el palomazo y la raza se prendió bien cabrón cuando salió el wey. Sea lo que sea, el pinchi cubano nos tiene comprados en guanatos.
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