21 julio 2006

Las cumbias no son lo mio (ni el rock, ni la balada, ni la banda, ni nada).

Ayer fui con Ernesto Hdez. a calarnos a un grupo versátil y pude darme cuenta de dos cosas, la primera es que definitivamente yo no sirvo para las cumbias, creo que comencé a tocar la batería para ponerle ritmo a mi vida, a mis ideas; para cuadrarme un poquito y eso le quita cadencia a mis ritmos, soy muy firme en ellos, muy cuadrado, me falta el cachondeo latino. La segunda cosa es que he conocido a muchísima gente gracias a la música y esto es en parte muy curioso porque nunca he sido bueno en mi instrumento y además, por si no bastara con eso, nunca me he esforzado realmente por serlo.

Un ejemplo de esto es Ernesto Hernández que, a pesar de que trabaja en la misma empresa que yo, no habría porque tener mucho contacto con él y ahora, gracias a la música, puedo realmente decir que cuento con un amigo en informática.

Nuestras aventuras en la música han sido muy poco gratificantes, pero somos como los frijoles de mi pueblo: malos y picados.

Independientemente de eso, la amistad ahí está, toquemos juntos o no, como a pasado con Rafa o con el Feno, por mencionar a alguien.

No hay comentarios.: