08 enero 2007

Y uno a veces piensa.

Y uno a veces piensa, a veces cree, pero, qué coños es un maldito pensamiento ¿es una imagen burda de una realidad que desconocemos? ¿es un engaño del que somos parte y alimentamos sádicamente?
...y pensar se vuelve una tortura en la que nosotros somos jueces, verdugos y acusados. Acaso, por todo esto, culpables también.


Una vez, cuando era un niño (físicamente), perdí el piso, comencé a flotar, como en gravedad cero: De repente el peso de la responsabilidad, de los roles, de la complejidad de ser, me desploma contra el piso y vuelvo a ser aquél niño llorón que nunca quiso ser adulto y que si hemos de ser honestos, nunca quiso nacer.

Si alguien escucha lo que pienso, si alguien sabe y le interesa lo que siento (llamémosle, por ahora, dios) debe estar terriblemente avergonzado de haber hecho de mí lo que soy.

Es una pésima broma de algo o de alguien eso de los sentidos y los sentimientos, quizá es un maldito juego (¡ah que buen sabor tienen las letras de la palabras que maldicen!), quizá solo es otra de mis exageraciones. De ser así, habría que ingorar al ignorado.
Marco Medina

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