08 enero 2007

De Borrar los nombres

Sueño indócil
recuerdo ceniciento
de la extravagancia de haber nacido
ser borrado y ver las alas de la urraca
sacudir el viento por el que te has ido
el viento y el labio del silencio puesto
en la pulpa del hechizo
de ser salvaje, pleno de vacío, eterno, negro.
Ser la sombra, negro como lo que nunca ha sido,
ser por dos días lo que nunca será,
sombra que proyecta sombra
y el tambor y la carrera y la danza Cora
que embriaga la sangre del que no soy
ni es
¿de quién son mis antiguos pies?
¿a quién sabe este sudor
que mis labios beben?
aceptemos que el tiempo es una máscara
de múltiples cabellos
y que estamos en otra parte
donde los muertos olvidan sus amores y sus miedos
donde los muertos se acostumbran a la penumbra
donde el corazón es el espacio entero y el mundo gira
al revés.

RICARDO CASTILLO

No hay comentarios.: