Trabalenguas
Si uno pudiera Liarse a palabras con las personas y no pasara nada. Si las letras, como todo símbolo, no fueran más que ilusiones de la mente.
Si esas siluetas amorfas llamadas letras no se prendieran como sanguijuelas a las paredes del estómago y los sesos. Si no se cayeran de los labios como dientes después de un certero puñetazo, Entonces te diría lo mucho que te odio y lo mucho que te quiero.
Pero no, las palabras cobran vida propia y cuando menos te lo esperas están ahí acechando, esperando a que creas que eres feliz. Una, dos, tres veces se retuercen en tus entrañas, se regresan por la garganta atragantándote, y lloras y te recuestas mientras éstas aparentan estar muertas.
Lo aparentan porque sabes que una vez pronunciadas, con un poco de suerte, morirán contigo.
Marco Medina
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